¿Cómo hacer un buen uso del Storytelling?
¿A quién no le gusta una gran historia? Una historia puede ser muy estimulante, ofrecer algo en lo que creer. Una historia puede hacerte sentirte mejor, incluso más inteligente o seguro/a. Las historias, en definitiva, te dan una razón para comunicarte y relacionarte. Los cuentos estimulan la imaginación y la pasión y crean un sentido de comunidad entre los oyentes y los narradores por igual. Y ahora, a este arte de contar historias se le llama Storytelling, pero no nos engañemos, porque existe desde hace miles de años.
Pues cuando nos trasladamos al mundo de los negocios, el Storytelling es similar. Se trata de crear una conexión entre el negocio y los clientes, mediante una historia, haciendo fluir la magia de las palabras para apelar a las emociones de los usuarios. ¿El objetivo? Vender, entretener, educar… De hecho, si se hace un buen uso de esta técnica se puede conseguir que la audiencia se identifique con la historia que se está contando, que la recuerden y por lo consiguiente, recuerden la marca y además, que se viralice el contenido gracias a que lo compartan con sus contactos. Por lo que el Storytelling es una pieza fundamental del Customer Experience, así como de la comunicación.
¿Y cómo son las buenas historias?
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Entretenidas: Las buenas historias mantienen al lector ocupado e interesado en lo que viene a continuación.
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Educativas: Los buenos relatos despiertan la curiosidad y se añaden al banco de conocimientos del lector.
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Organizadas: Las buenas historias siguen una organización concisa que ayuda a transmitir el mensaje central y ayuda a los lectores a absorberlo.
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Memorables: Ya sea por inspiración, provocación o humor, las buenas historias se quedan en la mente del lector.
Sin olvidar tres factores clave, necesarios para el éxito de cualquier historia:
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Personajes. Cada historia cuenta con al menos un personaje, y este personaje será la clave para relacionar a tu audiencia con la historia. Este componente es el puente entre la marca, el narrador y la audiencia. Si el público puede ponerse en el lugar del personaje, será más probable que siga el CTA.
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Conflicto. El conflicto es la lección de cómo el personaje supera un desafío. Provoca emociones, generando intriga, suspense o curiosidad, y de esta manera, conecta a la audiencia a través de experiencias que se pueden relacionar. Cuando se cuentan historias, el poder reside en lo que se está transmitiendo y enseñando.
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Conclusión. Toda buena historia tiene un final, pero no siempre tiene que ser un final feliz. La resolución de una historia debe concluir la historia, proporcionar un contexto entorno a los personajes y los conflictos, y dejar a la audiencia con un CTA.
No solamente se hace a través del texto, el Storytelling puede recurrir a cualquier tipo de lenguaje: gráfico, visual, auditivo…
Las historias solidifican los conceptos abstractos y simplifican los mensajes complejos. Seguro que muchas personas se han sentido confusas al tratar de entender una nueva idea. Las historias, por lo tanto, proporcionan una forma de evitar eso.
Proceso del Storytelling
A simple vista, llevar a cabo una estrategia de Storytelling parece fácil, ¿verdad? La realidad es que es un arte que no se domina a la primera, pero tampoco es híper complicado, lo que es cierto es que hay que tener unos conceptos y unos pasos a seguir muy claros. El proceso también es muy importante.
1. Conocer al público (Imprescindible):
Para crear una historia convincente, es necesario entender al público y saber quiénes responderán y tomarán medidas. Por lo que hay que investigar sobre este público objetivo y definir los Buyer Personas. Gracias a este paso previo, podremos conocer quienes podrían leer, ver o escuchar la historia.
2. Concretar un mensaje principal
Independientemente de la extensión de la historia, esta debe tener un mensaje central. Se recomienda un ejercicio inicial: intentar resumir la historia entre seis y diez palabras.
3. Decidir qué tipo de historia estás contando
Para determinar qué tipo de historia se va a querer contar, una ayuda es determinar cómo queremos que el público reaccione con la historia. De esta manera, se puede hilar la historia, teniendo en cuenta unos objetivos concretos:
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Incitar a la acción: describir cómo se realizó una acción de manera exitosa y animar a la audiencia a que también podrían ser capaces de obtener un éxito.
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Hablar sobre la marca e historias reales: presentar luchas, fracasos y victorias humanizadas. Los consumidores se conectan más a las marcas que son más auténticas y muestran su cara real.
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Transmitir valores: aprovechar las emociones, personajes y/o situaciones familiares para que el público pueda entender de primera mano cómo esa historia puede aplicarse a su propia vida.
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Fomentar comunidad o colaboración: La idea es generar debate para que la historia se comparta con más personas. Aquí se recomienda hacer uso de situaciones y personajes neutrales con tal de atraer a un público más amplio.
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Educar: Contar una historia que incluya una experiencia de ensayo y error, para que la audiencia pueda aprender sobre un problema y su solución.
4. Establecer un CTA
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La llamada a la acción define la acción que queremos que haga la audiencia después de conocer la historia. Por lo que es muy importante tener claro qué es lo que queremos que haga ese público después de leer, oír o ver la historia. De la misma manera, este CTA debe ser visible y comprensible.
5. Escoger el medio
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Como antes ya había mencionado, la técnica del Storytelling puede hacer uso de diferentes tipos de lenguaje, tomando muchas formas:
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Una historia escrita se puede contar a través de artículos, publicaciones en blogs o libros. La mayoría de ellos son de texto y pueden incluir imágenes.
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Una historia hablada se cuenta en persona, como una presentación o un discurso. Debido a su naturaleza "en vivo" y sin editar, las historias habladas requieren más práctica y habilidad para transmitir mensajes y provocar emociones en los demás.
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Una historia en audio suele estar en formato de podcast y, con la tecnología actual, crear una historia en audio es más asequible que antes.
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Una historia digital se cuenta a través de una variedad de medios, como el vídeo, la animación, las historias interactivas e incluso los juegos. Esta opción es, con mucho, la más efectiva para las historias con repercusión emocional, así como para las historias activas y visuales.
6. Crear la historia
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Con su mensaje central, el objetivo de la audiencia y el llamado a la acción ya establecidos, este paso se trata simplemente de añadir detalles y un toque creativo a su historia.
7. Compartir
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De gran importancia es compartir y promover la historia, ya que sino, sería dejar el trabajo a medias. Y es obvio que a día de hoy, no podemos dejar de lado el mundo digital para difundirlo a través de sus canales: medios sociales, email, web, blog, Youtube...
Ahora que tenéis algunos recursos más, ¿os animáis a probar con el Storytelling? ¡Ánimo!